Una línea de producción de recubrimiento de bobinas de aluminio emplea un proceso continuo y automatizado para limpiar, pretratar, pintar y curar tiras planas de metal antes de darles forma para obtener el producto final. Esto garantiza un acabado superficial uniforme y de alta calidad en toda la longitud de la bobina de aluminio.
El principio de funcionamiento de la línea de producción de recubrimiento de bobinas de aluminio comprende varios pasos clave continuos:
El proceso comienza con una desenrolladora que devuelve la bobina de lingotes de aluminio a su bobina original. Para mantener la continuidad del proceso, se empalma un segundo lingote de aluminio al extremo del primero mientras la línea sigue en marcha. Un acumulador de entrada almacena entonces una porción del lingote en movimiento, lo que permite que la sección de entrada se detenga durante el empalme sin interrumpir el funcionamiento estable de la sección de procesamiento.
La tira continua de aluminio se somete a un proceso de limpieza mediante diversos métodos, como la limpieza alcalina y la limpieza por aspersión, para eliminar aceite, grasa y residuos. Tras la limpieza, se realiza un pretratamiento químico. Este paso es fundamental para garantizar una buena adherencia entre la capa de pintura y el sustrato de aluminio, así como para mejorar la resistencia a la corrosión.
Tras el tratamiento superficial, la cinta de papel entra en la estación de recubrimiento. En las líneas de producción que requieren varias capas de recubrimiento (por ejemplo, imprimación y capa de acabado), la cinta de papel pasa secuencialmente por diferentes estaciones de recubrimiento y hornos.
Imprimación: Las imprimaciones se aplican generalmente con un rodillo de aplicación directa para mejorar la adherencia y la resistencia a la corrosión. La imprimación se aplica en una capa muy fina, normalmente de 4 a 6 micras de espesor.
Capa de acabado: La capa de acabado proporciona el color final, brillo, durabilidad y resistencia a los rayos UV. Generalmente se aplica en un proceso posterior, normalmente con un rodillo de recubrimiento inverso para lograr una superficie más lisa e impecable. La imprimación se aplica en la parte posterior para proteger la superficie.
Tipos de recubrimientos: Los recubrimientos comunes incluyen poliéster (PE), poliéster de alta durabilidad (HDP), poliéster modificado con silicona (SMP) y fluoruro de polivinilideno (PVDF), seleccionados según los requisitos del producto final.
Tras cada aplicación de la capa, la pieza se introduce en un horno de curado (normalmente un horno de convección a gas) donde la capa se calienta y se endurece. Este proceso reticula las moléculas de la capa, formando una película resistente, inerte y flexible que se adhiere permanentemente a la superficie metálica. Los disolventes liberados durante el curado se recogen y se incineran, y la energía generada se utiliza para alimentar el horno, lo que hace que el proceso sea más ecológico y energéticamente eficiente.
Después de ser retirada del horno de alta temperatura, la tira se enfría rápidamente con aire y agua hasta alcanzar una temperatura de funcionamiento segura antes de pasar a la siguiente etapa.
La tira, completamente recubierta y enfriada, se inspecciona y, en ocasiones, se le aplica un proceso de estampado para lograr una textura específica. A continuación, pasa por un acumulador de salida, donde se detiene en el extremo de salida y se rebobina para formar un rollo terminado. Finalmente, el metal recubierto se enrolla firmemente en una bobinadora y se transporta a una planta de procesamiento para su corte y moldeado, obteniendo así el producto final.